El arte, y más concretamente la poesía, enseñan que el espacio no tiene que reflejar la distancia física en sentido estricto, sino esos recorridos conceptuales o simbólicos que miden los caminos por los que discurren las emociones. Si los mitos abordaban temas como el amor, el paso a la otra vida, la naturaleza, la influencia de la muerte o la importancia de la memoria; la nueva literatura sigue bebiendo, inevitablemente, de estas fuentes, ya que la auténtica condición humana no varía con el paso de los siglos. Es este el caso de la poesía de Male López Vaamonde, que acaba de llegar a las librerías de toda España con su libro “Nueva distancia”, publicado en la editorial Cuadernos del Laberinto.
La poesía de esta joven madrileña es de una claridad brillante, alejada de la moda de metáforas oscuras. En “Nueva distancia” todo tiene un sentido luminoso y preciso. Las palabras muestran su sinuosidad remontando la vida particular de la autora para llevar al lector a un espacio colectivo, en donde los poemas mantienen un impacto duradero: No hay nada más divino que no ser, nos dice Male López Vaamonde en un sorprendente poema, antesala de lo porvenir: Soledad, dolor o amor, pero siempre fundido con su magistral oficio de poeta.
Un libro 100 % recomendable para lectores de poesía, pero también para aquellos que desean iniciarse en este género considerado la reina de la literatura, y para todos aquellos que deseen oír en vivo y en directo a Male López Vaamonde, el día 17 de julio en la Biblioteca pública Iván de Vargas en Madrid, la autora ofrece un recital, que ya se anuncia como un gran evento literario y que es de acceso público hasta completar aforo.
AHORA
Precisamente ahora que todo estaba en calma.
Ahora que el silencio no dolía.
Cuando cada minuto descubre su sentido
y encontramos espacio para cada palabra.
Precisamente ahora que el vientre germinaba.
Ahora que sanaban las heridas.
Cuando todos los miedos yacen en el destierro
añorando aquel tiempo de dominio y locura.
Ahora que eran suaves los inviernos
y yo adoraba cada gesto tuyo.
Cuando apenas nos pesan los recuerdos.
Tenías que marcharte precisamente ahora.
El título de su poemario, «Nueva Distancia», sugiere un cambio de perspectiva o una reevaluación. ¿Qué representa esta «nueva distancia? ¿Es una distancia física, emocional, temporal?
“Nueva distancia”, es el título de uno de los poemas que lo componen, que dio nombre al poemario. Está escrito cuando empezó la pandemia del COVID-19 y, como consecuencia, el confinamiento, en marzo de 2020.
Esa época fue muy dura, pero, a la vez, fue también una fuente de inspiración por lo extraño que resultaba todo. Dejamos de abrazarnos, de besarnos… Supongo que nunca pudimos imaginar una situación así. En mi caso estuve completamente sola durante bastante tiempo por lo que esa distancia, dolorosa y nueva, es una distancia física.
¿Hay algún hilo conductor o una evolución temática que le gustaría que los lectores identificaran al leer su libro?
Al principio pensé separar y ordenar los poemas por temáticas, pero no me resultaba fácil porque se trata de una recopilación se los considero que son los mejores que he compuesto y, como escribo desde muy pequeña, los poemas elegidos tratan demasiados temas, muy diferentes: el desamor, la necesidad de desaparecer en algún momento, la admiración de la belleza…
A pesar de ello, si tengo que hablar de un hilo conductor podría ser la sensación de vacío y miedo que siempre me ha producido el silencio, aunque muchas veces es necesario.
Si pudiera elegir un poema de «Nueva Distancia» que considere el corazón o el punto clave de la obra, ¿cuál sería y por qué?
Elegiría el primero, “Transparencia ideal”, porque, para mí, supone un antes y un después en mi forma de escribir que coincide, como no podía ser de otra forma, con la entrada en el taller de Enrique Gracia Trinidad.
Lo compuse al cabo de unas pocas sesiones tras las que, para mi sorpresa, asimilé muy pronto lo que él quería transmitirnos: fundamentalmente el saber identificar lo que no es poesía. Hacer esa distinción, ahora, me parece fácil.
El poema «Razones para amar» (pág. 49) sugiere una búsqueda o una necesidad de algo más allá de lo terrenal. ¿Qué simboliza la luna para usted en este contexto, y cómo influyen los elementos naturales en su imaginario poético?
Sí, es exactamente eso lo que quiero transmitir: la necesidad que siempre he sentido de algo que trascienda lo puramente terrenal, que pueda llenar el vacío.
La luna representa esa inquietud y en este poema, relacionado con el amor, trato de explicar que no bastan los motivos racionales para elegir una pareja. Tiene que haber un componente de magia.
En general, en la poesía, siempre relaciono la naturaleza con la verdad, con la esencia de las cosas, el origen. Eso se muestra, por ejemplo, en un poema muy sencillo que se titula “Nada es lo mismo”.
Enrique Gracia Trinidad ha prologado su obra. ¿Cómo surgió esta colaboración y qué representa para usted que un poeta de su trayectoria presente su debut poético?
Enrique Gracia Trinidad es mi maestro en la poesía. Le pedí que escribiera el prólogo porque ha sido testigo de mi evolución en la escritura. Estar en su taller de poesía y escucharle es un continuo aprendizaje.
Que una persona con su trayectoria profesional haya colaborado en el poemario escribiendo el prólogo y que, además, me vaya a acompañar en la presentación junto a la editora Alicia Arés, es un auténtico honor.
Enrique, además de una personalidad enorme en el mundo de la poesía y la divulgación cultural, es una maravillosa persona. Siempre está cuando le necesitas, literalmente.
Es significativo el valor que otorga a la rima y a la métrica, que siempre han sido componentes esenciales de la poesía, pero que parece que actualmente se están perdiendo. ¿Qué papel juega la musicalidad y el ritmo en la construcción de sus versos? ¿Es algo que busca conscientemente o surge de manera más intuitiva? ¿Qué opina de la nueva poesía?
Siempre he pensado que la poesía es parecida a la música y que lo hay que hacer (salvadas las distancias), es no desafinar. El ritmo del poema, la musicalidad, es lo más importante.
En mi caso surge de manera intuitiva. Siempre he tenido buen oído para la música. Cuando era pequeña, el profesor de solfeo me pilló haciendo trampas, ya que yo no leía la partitura, simplemente escuchaba la composición y cantaba las notas sin necesidad de leerlas.
Es verdad que la nueva poesía, a veces, se aparta de la musicalidad y es difícil encontrar ese ritmo que hace bello los versos; pero todo evoluciona y ese tipo de poesía tiene muchos seguidores.
De todas formas, hay algo que me gusta menos y es la falta de claridad en lo que se escribe. De hecho, un poema puede sonar bien, pero, si no se entiende el mensaje, es difícil que pueda transmitirme ninguna emoción.
En cinco palabras: ¿por qué escribe?
Porque es una necesidad vital.
En cinco palabras: ¿por qué lee?
Para de seguir aprendiendo.
En un mundo tan acelerado, ¿qué papel cree que juega la poesía hoy en día?
Está relacionado con ese afán de encontrar algo que trascienda de lo material, de lo cotidiano.
La poesía es belleza. Aunque es un género más bien minoritario, creo que un buen poema, bien escrito y con musicalidad, no puede dejar indiferente a nadie.
Diría que, en este mundo tan acelerado donde prima la inmediatez, la poesía es un pequeño refugio para el alma.