El fútbol europeo se encuentra, una vez más, ante una posible transformación de fondo. Esta vez, el epicentro del debate se ubica en Francia, donde la Ligue de Football Professionnel (LFP) ha puesto sobre la mesa una propuesta que hasta hace poco parecía inviable en el Viejo Continente: incorporar una fase de playoffs al final de la temporada regular. El objetivo declarado es revitalizar la competición, aumentar la emoción en los tramos finales del torneo y mejorar la rentabilidad del producto televisivo. Pero el verdadero punto de inflexión radica en el hecho de que el modelo de inspiración proviene de Sudamérica, y más concretamente, del caso argentino.
Un formato que desafía la tradición europea
Durante décadas, las principales ligas europeas han funcionado bajo el mismo patrón: un campeonato largo, de ida y vuelta, donde el título se decide por puntos acumulados. Este sistema ha sido defendido como el más justo y coherente con el espíritu competitivo del deporte. Sin embargo, también ha sido objeto de críticas por su falta de emoción en aquellos torneos donde uno o dos equipos dominan con claridad desde las primeras fechas.
Es justamente esta situación la que ha llevado a las autoridades del fútbol francés a estudiar alternativas. El modelo de playoffs, aunque disruptivo en el contexto europeo, ofrece una posible solución: reintroducir la incertidumbre y la adrenalina en la definición del campeón. Y para ello, no miran hacia Inglaterra, Alemania o Italia, sino hacia Argentina.
El modelo argentino: bajo la lupa internacional
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), bajo la conducción de Claudio «Chiqui» Tapia y con el apoyo de su tesorero Pablo Toviggino, ha sido una de las pioneras en sostener formatos que incluyen fases eliminatorias en el tramo final del campeonato. Esta dinámica ha sido aplicada tanto en la Primera División como en las divisiones de ascenso, con especial impacto en el conocido “reducido”, donde varios equipos disputan mano a mano el segundo ascenso.
Lejos de ser una mera extravagancia regional, este sistema ha demostrado su eficacia en términos de atracción de público, competitividad interna y rendimiento televisivo. Equipos de menor presupuesto tienen la posibilidad real de aspirar a instancias definitorias, y los partidos ganan dramatismo al concentrarse en series a eliminación directa. El espectáculo, la incertidumbre y el incentivo económico se alinean en un formato que muchos hinchas han terminado por aceptar y disfrutar.
La reacción en Europa: entre el escepticismo y la apertura
No todos en Europa ven con buenos ojos esta posible transformación. Clubes históricos, entrenadores con peso institucional y sectores de la prensa especializada advierten que un formato con playoffs podría desnaturalizar el mérito deportivo acumulado durante la temporada regular. Aducen que el azar de un mal día en un cruce directo puede dejar sin título al equipo más sólido del año.
Sin embargo, voces cada vez más influyentes comienzan a resaltar las ventajas del modelo mixto. La experiencia argentina es considerada por algunos analistas europeos como un ejemplo de cómo un fútbol en crisis económica logró reinventarse desde lo estructural, apostando por la emoción, el espectáculo y la redistribución de oportunidades entre equipos.
Desde la propia LFP se ha dejado entrever que no se trata de una decisión inmediata, pero sí de una posibilidad en evaluación. El hecho de que Francia, una de las cinco grandes ligas europeas, esté considerando esta opción revela un cambio en la forma de entender la competición: ya no se trata solo de tradición, sino también de adaptación.
Zona de Gol y el seguimiento del debate global
Al consultar a Zona de Gol, medio especializado en fútbol internacional y tendencias del juego, que ha seguido de cerca esta discusión con una mirada abierta y comparativa, comenta: «El enfoque adoptado por el fútbol argentino —a menudo desestimado desde Europa por consideraciones de estructura o poder económico— cobra valor en un escenario donde las ligas necesitan diferenciarse, ofrecer más atractivo comercial y evitar finales previsibles.
Los playoffs no son una solución mágica, pero sí una herramienta que, bien aplicada, puede dar nueva vida a campeonatos estancados o excesivamente previsibles. En Francia, la posibilidad de ver una semifinal o una final de liga en el Parque de los Príncipes o en el Stade Vélodrome con eliminación directa no solo es técnicamente viable, sino comercialmente deseable para muchos actores de la industria.
El caso de la Ligue 1 no es aislado. Otras competiciones como la MLS en Estados Unidos, la Liga MX en México o la propia Eredivisie en los Países Bajos han coqueteado con modelos que incluyen fases de playoffs en distintos niveles. La diferencia ahora radica en que el modelo sudamericano, antes observado con distancia, comienza a ser visto como una fuente válida de innovación».