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La formación en oratoria y su importancia

Hoy en día, la sociedad vive en una etapa de proliferación de congresos, mesas redondas y eventos varios. En estos escenarios, los empleados son la cara visible de la empresa y tienen la oportunidad de transmitir su valor, su visión y su cultura a potenciales clientes, socios, inversores o medios de comunicación.

Si antes era importante saber hablar para poder dirigirse a un equipo, clientes e inversores, ahora, además de eso, hay que tener muy trabajadas las dotes escénicas y de oratoria para poder representar a la empresa en cualquier sarao que se precie. El formarse en comunicación efectiva es clave para cualquier profesional que quiera comunicar eficazmente sus ideas, proyectos y propuestas. No solo se trata de hablar bien, sino de saber adaptarse al público, al contexto y al objetivo de cada intervención.

Sin embargo, hablar en público no es una tarea fácil, el 85% de los trabajadores españoles reconoce tener miedo escénico y el 40% afirma que le afecta negativamente en su rendimiento laboral. Además, el 75% considera que no recibe suficiente formación en oratoria por parte de su empresa. Estos datos revelan que hay una gran necesidad de formar a los empleados en oratoria, tanto para mejorar su confianza y seguridad como para potenciar su capacidad de persuasión y de generar impacto. Algunos de los beneficios que puede aportar esta formación son los siguientes:

Mejorar la imagen y la reputación de la empresa. Los empleados que hablan en público de forma clara, coherente y convincente proyectan una imagen profesional y de calidad de la empresa que representan. Así, contribuyen a generar confianza y credibilidad entre los asistentes y a diferenciarse de la competencia.

Aumentar las oportunidades de negocio. Los empleados que saben captar la atención y el interés de su audiencia tienen más posibilidades de generar contactos, leads y ventas. Además, pueden aprovechar su exposición para mostrar los productos o servicios de la empresa, sus ventajas competitivas y sus casos de éxito.

Fomentar la innovación y el conocimiento. Los empleados que participan en eventos externos tienen la oportunidad de compartir sus experiencias, aprendizajes y buenas prácticas con otros profesionales de su sector. Así, pueden recibir feedback, ideas y sugerencias que les ayuden a mejorar su trabajo y a impulsar la innovación en la empresa.

Desarrollar el talento y la motivación. Los empleados que reciben formación en oratoria adquieren nuevas habilidades y competencias que les permiten crecer profesionalmente y asumir nuevos retos. Además, se sienten más valorados y reconocidos por la empresa, lo que aumenta su satisfacción y su compromiso.

¿Cómo formar a los empleados en oratoria?

Helpers Speakers, especialistas en motivación y formación para las empresas y creadores de la Escuela de Conferenciantes (con un libro súperventas en el mercado del mismo nombre, Escuela de Conferenciantes. Cómo convertirte en un speaker de éxito, publicado por Almuzara), han formado ya a cientos de directivos que han pasado -a modo individual o con su equipo- por los cursos. Esto es lo que cuentan:

“Muchos directivos han descubierto sobre el escenario lo buenos que son, algunos como oradores, otros como anestesistas…”, apunta Raquel Sanchez Armán, cofundadora de Helpers Speakers. “El problema suele aparecer cuando el ponente está representando a su empresa en un congreso o similar, donde todos tienden a ponerse intensos con un micro en la mano. Es muy común encontrar a panelistas muy capacitados y brillantes en su campo, pero cero comunicadores. Se muestran incómodos, envarados y resultan de un farragoso insoportable con su «discurso cuñao cargante». Nos equivocamos (y mucho) al buscar y rebuscar conceptos que nos dibujen cultos y profesionales ante los demás. La regla número uno de un ponente es no aburrir. Por más conocimiento que tengas, si no sabes cómo transmitirlo apropiadamente, te perderás cientos de oportunidades”.

Su socio, Jesús Ripoll, CEO de Helpers Speakers, habla de los mayores errores que cometen los participantes a este tipo de eventos. “Anglicismos, cuantos más mejor, que se note que han estudiado en colegios caros y trabajan en un edificio inteligente… Lo sentimos, no es cool, es ridículo. Y dice más de ti y de tus inseguridades de lo que crees. Hay tecnicismos y neologismos aceptados, como know how, pero no me digas que tienes una call, que vas a una meeting o que no llegas al deadline. Sobre todo, si no sabes pronunciarlo. También hay brillantes excepciones, por supuesto, pero queremos insistir en que tu puesto no te garantiza que te escuchen ni que vayas a dar un discurso magistral. Y si, además, por tu posición representas a una empresa en foros…, tienes una gran responsabilidad. Prepárate. Lo más habitual, si perteneces al mundo corporativo, es que tengas que hablar en público más de una vez como portavoz de tu empresa. Fórmate”.

La formación en oratoria es un proceso que requiere tiempo, práctica y feedback. No basta con leer libros o ver vídeos sobre el tema, sino que hay que poner en acción lo aprendido y recibir orientación y consejos de expertos. Algunas de las claves para formar a los empleados en oratoria son las siguientes:

Definir los objetivos y el plan de formación. Lo primero que hay que hacer es identificar las necesidades y los objetivos de cada empleado y de la empresa en relación con la oratoria. ¿Qué tipo de eventos van a afrontar? ¿Qué mensaje quieren transmitir? ¿Qué habilidades quieren mejorar? A partir de ahí, se puede diseñar un plan de formación personalizado y adaptado a cada caso, que incluya los contenidos, las actividades y los recursos necesarios.

Elegir el método y el formato de formación. Existen diferentes métodos y formatos para impartir formación en oratoria, desde cursos presenciales u online hasta talleres, seminarios o coaching. Lo importante es elegir el que mejor se ajuste a las características, al nivel y a la disponibilidad de cada empleado. También se puede combinar varios métodos y formatos para ofrecer una formación más completa y variada.

Contar con profesionales cualificados y experimentados. La formación en oratoria debe ser impartida por profesionales que tengan conocimientos, experiencia y habilidades en el ámbito de la comunicación y la expresión oral. Estos profesionales deben ser capaces de transmitir los conceptos y las técnicas de forma clara y práctica, de adaptarse al ritmo y al estilo de cada empleado y de ofrecer feedback constructivo y personalizado. Los profesores de comunicación de Helpers Speakers, son profesionales con años de “vuelo” sobre los escenarios ya sea como conferenciantes, magos, actores, monologuistas… con lo cual, aportan una experiencia real y una visión global del mundo de los conferencistas. 

Fomentar la participación y la interacción. La formación en oratoria debe ser dinámica, participativa e interactiva, para que los empleados puedan poner en práctica lo aprendido y mejorar su confianza y su seguridad. Para ello, se pueden utilizar diferentes recursos, como ejercicios, juegos, simulaciones, grabaciones, evaluaciones o debates. Así, los empleados pueden aprender de forma divertida y entretenida, al mismo tiempo que se crea un ambiente de colaboración y de apoyo entre ellos.

Hacer un seguimiento y una evaluación. La formación en oratoria no termina con el curso o el taller, sino que hay que hacer un seguimiento y una evaluación de los resultados y del impacto. Para ello, se pueden utilizar diferentes herramientas, como cuestionarios, encuestas, entrevistas o indicadores de rendimiento. Así, se puede medir el grado de satisfacción, de aprendizaje y de mejora de cada empleado y de la empresa, y se pueden identificar las áreas de oportunidad y de mejora.

Conclusión

La oratoria es una habilidad fundamental para los empleados que representan a la empresa en eventos externos, ya que les permite comunicar eficazmente sus ideas, proyectos y propuestas y generar una imagen positiva y de calidad de la empresa. Sin embargo, muchos empleados tienen miedo escénico o no se sienten preparados para hablar en público, lo que afecta a su rendimiento y a su autoestima.

Por eso, es importante formar a los empleados en oratoria, para que puedan desarrollar su potencial y su talento y aportar valor a la empresa. La formación en oratoria debe ser personalizada, adaptada, profesional, participativa y evaluada, para que los empleados puedan aprender y mejorar de forma continua y efectiva.

Helpers Speakers explica qué es un speaker y qué es esencial para hablar en público de forma efectiva, esto es lo que nos cuentan: “se requieren varias habilidades, tanto verbales como no verbales. Algunas de las habilidades más importantes son las siguientes:

Preparación. Es fundamental preparar el contenido, el objetivo y la estructura del discurso, así como conocer al público, el contexto y el tiempo disponible. Una buena preparación ayuda a evitar los nervios, los errores y las improvisaciones.

Claridad. El mensaje debe ser claro, coherente y conciso, evitando los rodeos, las repeticiones y las ambigüedades. Se debe usar un lenguaje adecuado al nivel y al interés de la audiencia y evitar los tecnicismos, las jergas y las muletillas.

Voz. La voz es una herramienta poderosa para transmitir emociones, tonos y matices. Se debe cuidar la pronunciación, el volumen, el ritmo y la entonación y variarlos según el momento y el efecto deseado. También se debe evitar hablar demasiado rápido o demasiado lento y hacer pausas para respirar y enfatizar.

Gestos. Los gestos son una forma de comunicación no verbal que complementa y refuerza el mensaje verbal. Se debe usar el cuerpo, las manos, la cara y la mirada para expresar confianza, seguridad y naturalidad, y para conectar con la audiencia. También se debe evitar los movimientos nerviosos, repetitivos o contradictorios con el mensaje.

Interacción. La interacción con la audiencia es una forma de hacer el discurso más dinámico, participativo e interesante. Se puede interactuar haciendo preguntas, pidiendo opiniones, contando anécdotas, usando el humor, etc. También se debe estar atento a las reacciones, las dudas y las objeciones de la audiencia, y responderlas adecuadamente.

Todo esto y mucho más es lo que se enseña en los cursos de Helpers Speakers, eminentemente prácticos y donde se trabaja lo primero es miedo escénico. También se aprende a estructurar el discurso, a hacer mapas mentales y a saber impactar al público desde el minuto uno y mantener la atención.

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